✔ Dios te dice hoy:
Permite que la luz de mi presencia alumbre generosamente tu corazón y tu mente de tal manera que seas capaz de ver el mundo a través de mis ojos.
Si algunas cosas no están saliendo como esperabas, dirige tu mirada hacia el cielo, mírame con paz en tu corazón, y declara: "!Está
bien!", dilo por fe en mi Palabra, aunque no lo entiendas. Estás afirmando que me crees, en lugar de creerle a las cosas que se ven. Esta sencilla disciplina de fe puede protegerte de frustraciones y de cargas inservibles.
Si haces de esta disciplina una costumbre habitual en ti, darás un paso que podría cambiarte la vida: reconocer que la mayoría de las cosas que te preocupan no son importantes. Si, ni bien aparecen, las desechas y vuelves a poner tu atención en mí, podrás avanzar en este día con paso ligero y corazón gozoso.
Cuando se presenten problemas más difíciles, tendrás un "colchón" de reserva, es decir, fe acumulada para enfrentarlos y no habrá necesidad de preocuparse ni lugar para la desesperación.
Que puedas experimentar que tus sufrimientos son pequeños y pasajeros, y no se los puede comparar con la gloria eterna que viene para ti, más grande y abundante que producen.
Proverbios 20.24;
Proverbios 20:24 (TLA)
Nadie sabe cuál será su futuro;
por eso debemos dejar
que Dios dirija nuestra vida.
2 Corintios 4:17-18 (TLA)
Las dificultades que tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa. Porque nosotros no nos preocupamos por lo que nos pasa en esta vida, que pronto acabará. Al contrario, nos preocupamos por lo que nos pasará en la vida que tendremos en el cielo. Ahora no sabemos cómo será esa vida. Lo que sí sabemos es que será eterna.
